miércoles, 13 de abril de 2011

EL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO (1920-1950 )

Durante la revolución mexicana (1910-1917) la educación tuvo un escaso desarrollo. Sin embargo,
en algunos estados de la República los gobernadores revolucionarios impulsaron leyes que favorecieron la educación popular y, en algunos casos, pese a las grandes dificultades económicas, crearon escuelas y ampliaron el número de profesores (Gómez, 1981: 136-137).

El Congreso Constituyente de 1917 elevó por primera vez a rango constitucional el precepto de la educación laica, obligatoria y gratuita. El Congreso estableció la prohibición al clero y a las asociaciones religiosas de organizar o dirigir escuelas de educación primaria. La Constitución otorgó mayores facultades educativas al Estado, el cual debía vigilar las escuelas primarias oficiales y privadas.
 Sin embargo, la supresión de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes determinada por el Congreso, dificultó al gobierno federal impulsar el sector educativo. Los municipios tuvieron a su cargo la educación, pero muchas escuelas cerraron por falta de recursos técnicos y humanos. Esta situación cambió en 1921, cuando por iniciativa de José Vasconcelos fue creada la Secretaría de Educación Pública (SEP), de la cual fue el primer titular. La creación de la SEP inaugura una tendencia hacia la «federalización» educativa.

En 1917, la Universidad Nacional de México era la única institución que agrupaba diversas escuelas y colegios de educación superior. A raíz de un conflicto estudiantil en 1929, la Universidad obtuvo su autonomía, conservando el financiamiento público. En 1933, la autonomía fue «plena», es decir, se extendió también al plano financiero.
Entre 1917 y 1930 se crearon cuatro universidades y entre 1930 y 1948 otras siete12. Entre 1916 y 1931 se fundaron cinco escuelas técnicas superiores y cerca de treinta escuelas técnicas industriales de nivel medio superior y de carácter propedéutico.

En el sexenio del general Lázaro Cárdenas (1934-1940) fue modificado el artículo tercero
constitucional para dar lugar a la educación «socialista» y, por primera vez en el texto constitucional, obligar a las escuelas privadas a seguir los programas oficiales.
Aunque el significado de este concepto fue impreciso, la nueva orientación propuso ampliar las oportunidades educativas de los trabajadores urbanos y rurales. En esos años se crearon internados, comedores y becas; se impulsó la creación de escuelas vinculadas a centros de producción y se alentó la educación técnica.
 En este último aspecto, la realización más importante del periodo fue la fundación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de otros establecimientos tecnológicos. Al mismo tiempo, se crearon escuelas regionales campesinas para formar maestros rurales y cuadros para la agricultura, se establecieron escuelas vocacionales de nivel medio superior y centros educativos indígenas (Guevara, 1985: 9-16).
La educación creció en forma constante a
partir de 1907. De 1921 a 1940, la educación primaria creció más del doble. Destacan los periodos de  1921-1925 y de 1935 a 1940. En el primero, la matrícula creció 25.6% y el número de escuelas se incrementó 19%. Al finalizar la década treinta, México tenía 1,960,755 alumnos y 21,874 escuelas de educación primaria en las que trabajaban cerca de 40 mil maestros13. Comparadas con las de 1935 estas cifras representaron un crecimiento de 30% en la matrícula, de 20.7% en el número de escuelas y de 29% en el profesorado.
 Al asumir la presidencia en el contexto de la guerra mundial, Manuel Ávila Camacho (1940- 1946) propuso una política de unidad.
Durante la posguerra, en el periodo conocido en México como de conciliación
y consolidación, Miguel Alemán, sucesor de Ávila Camacho, dio continuidad a la política de industrialización y a la política educativa del gobierno anterior.
Entre 1940 y 1952, se redujo a 50% el analfabetismo de la población adulta.
En 1943 tuvo lugar la unificación de los sindicatos magisteriales. El nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) fue reconocido mediante un decreto presidencial en 1944 como  el único organismo representativo de todo el magisterio nacional (Sotelo, 1981: 317).
La reforma del artículo 3º Constitucional en 1946, suprimió la educación socialista y en su lugar postuló nuevos principios, como la educación integral, científica, democrática y nacional, basada en la libertad, la justicia y la paz para mejorar la convivencia humana. (Sotelo, 1981: 325).

Entre 1920 y 1950 el sistema educativo mexicano creció en forma constante pero moderada.
Durante esos años, la enseñanza primaria se concentraba principalmente en el medio urbano y los niveles superiores tenían un carácter restringido. Ese patrón de crecimiento acabó a mediados de la década cincuenta, dando lugar a un gran ciclo expansivo de treinta años que concluyó en los años ochenta.

Fuentes: Censos de Población y Vivienda y Estadísticas Básicas del Sistema Educativo Nacional

Fuente: INEGI (1990); Salinas (1992); SEP (1991a)
Fuente: Dirección General de Programación de la SEP, en Solana F., et. al., (1981: 596,598).
Acerca de las ideas pedagógicas del periodo consúltese la antología de Bazant (1985).
 La «federalización» fue un proceso en el cual el gobierno federal asumió la coordinación y operación del sistema en los estados,
en el inicio en forma parcial y, posteriormente, casi total. Ese proceso no anuló la posibilidad legal de que estados y municipios
contaran con servicios educativos. Meneses (1988: 209-211, 240) relata en detalle la «federalización».

1 comentario: